¿Será que la tinta de mi pluma mental se ha terminado y por eso ya no escribo?, ¿Será eso?, ¿Será que me han robado la motivación para hacerlo? La inspiración se fue. O bueno, la verdad no, aquí sigue. ¿Les cuento algo? Todos los días escribo y guardo mis textos en documentos de word para que nadie los lea. ¿Por qué hago eso? Porque son muy personales y no son nada dignos de compartir. Lo siento.
Poco a poco vas acabando con lo poco que queda de mi cerebro.
Tal vez mi problema sea que escribo pensando con el corazón, o quizás ya olvidé quien soy realmente. ¿Que estará pasando conmigo? El estrés, la melancolía y el extrañar tanto consumen de a poquito mi creatividad con las letras.
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