De nuevo vengo a decirte que te amo.

No juego basketball y no soy para nada deportista, pero dime, ¿quién te entrega como yo, tantos sentimientos y tanta sinceridad en cada texto dedicado, en cada letra escrita especialmente para ti, en cada coma, en cada tilde, dime, quien? ¿Quién es capaz de poner todo su amor hacia ti en renglones de esta manera? ¿Quién entrega todos sus pensamientos a tus ojos cada mañana al despertarse y cada noche antes de dormir, como lo hago yo? ¿Quién se va a emocionar tanto como yo cuando se entere que, después de dos o más semanas, al fin va a verte? Y ¿quien se pondrá de lo más devastada cuando llegue el día que tengan que separarse de nuevo? Nadie más que yo. Te lo aseguro. Y esto te lo escribo aquí, acostada sobre mi cama, a casi media noche y desde mi celular, solo para decirte lo feliz que estoy de que tengamos diferencias, de que hayas llegado a mi vida. Agradecerle a la distancia, porque por ella somos más fuertes y hacemos que nuestro amor pase por encima de los kilómetros. Y bueno, todo esto siempre llega a lo mismo, y es a que te amo como a nadie, al igual que tu a mí.